Entrevista a Sara Sanguino
Sara Sanguino, directora de Obrador de Moviments
Sara Sanguimo es directora de Obrador de Moviments junto con Hervé Costa. Profesora acreditada del Método Feldenkrais, imparte las clases de danza contemporánea para niños de diferentes edades, las clases de Feldenkrais Danza y las de Movimiento para Personas Mayores. Junto con Hervé Costa lleva adelante también el espacio Supervisión de los sábados para jóvenes en formación.
¿Cuál fue tu primer contacto con la danza?
Fue en el centro de cultura de l’Hospitalet, creo que era una muestra de actividades.
Era muy pequeña, pero recuerdo la sensación… aquello era diferente.
Mi madre me presentó a la profesora (Angels Bataller) y me preguntó si me gustaría asistir a sus clases… Sí!!!.
Es un recuerdo muy bonito, hubo un antes y un después. Creo que las decisiones más importantes se toman en la infancia, la dificultad está en recordarlas y seguir vinculados a ellas.
Me encantaba asistir a sus clases, me sentía en mi medio.
Crear y moverme me conectaba con una parte de mi en la que no tenía que hacer ningún esfuerzo.
Angels nos ofrecía un trabajo muy basado en la expresión y la improvisación.
Experimentábamos el movimiento sin ninguna idea de comparación o de juicio.
Nos hacía sentir muy bien, cada clase era una aventura.
¿Qué es lo que más disfrutas de las clases?
Lo que más disfruto de las clases es el intercambio.
Conectas y te identificas con la gente, desde el más pequeño hasta el más veterano. Al ponerte en contacto con el cuerpo y el movimiento aparecen cambios, algo se transforma, es muy bonito de presenciar.
Me encanta ver el proceso de cada uno y ver como se sienten cuando toman conciencia de él.
Observar a los niños como se organizan y juegan entre ellos, ver sus caras de felicidad cuando crean movimientos.
Dar clases es estar conectado a la creación.
Creas un contexto para que sucedan cosas. Participas de algo muy bello. Estás en continuo aprendizaje.
¿Con qué otras disciplina has complementado tu formación y en qué te apoyas a la hora de enfocar tus clases?
Hace años una bailarina Francesa nos habló del Método Feldenkrais, se estaba formando y nos contaba con mucho entusiasmo su experiencia. Entendí que se sentía más libre, hablaba de otras formas de llegar al movimiento, de transformar patrones, de la auto imagen.
Tardé unos años en tener la oportunidad de experimentar el método. Me cuesta poner palabras a mi experiencia en las primeras sesiones, suelo llegar a las cosas por intuición o por sensación. Sentí que esa nueva forma de conciencia del cuerpo en movimiento me permitía acceder y recuperar aspectos de mí que había olvidado y que me daban mucho soporte. Conocí el método en un momento en el que me cuestionaba muchas cosas, necesitaba encontrar un sentido a todo el esfuerzo y la presión que suponía ser bailarina: exponerse, ser reconocida, estar a la altura… sentía una gran pereza de seguir moviéndome desde ese lugar. Pensaba en volver al inicio, qué me había llamado y motivado a bailar.
A través de mi práctica en el método Feldenkrais, comencé a ser consciente… Fui consciente de las carencias que tenemos la mayoría de bailarines en nuestra formación. De mi falta de herramientas pedagógicas para enseñar de una forma más sana. El método Feldenkrais trabaja sobre movimientos y gestos fundamentales pero muy importantes para desarrollar habilidades más complejas. Te abre a todo un mundo de posibilidades y dejas de verte sometido a patrones que te limitan en muchos aspectos.
El método Feldenkrais me acerca a todos los aspectos que me hicieron escoger la danza. Me conecta con esa idea tan clara que tienen los niños sobre lo que les motiva. En mis clases aparte de todo lo que he ido adquiriendo en mi trayectoria, me inspiro y me apoyo en el Método Feldenkrais. Me facilita el trabajo con los niños, adultos y también con la gente mayor. A acompañarles en el proceso de aprendizaje, a verles como seres únicos y a tener una mirada abierta hacia ellos.